El paso de los años y los diferentes agentes externos deterioran de forma inexorable los edificios, siendo la fachada la zona en la que más se acusa este paso del tiempo.
Este tipo de agresiones se acentúan más en la zona costera y no sólo afectan a las construcciones en su estética, sino tambián en su aislamiento, repercutiendo en su estructura y empeorando la habitabilidad de las viviendas.
La inversión en rehabilitar un edificio es altamente rentable ya que, no sólo aporta una mejora en la calidad de vida, sino que además revaloriza de forma considerable el inmueble.